El barrio de Belén se lo suele describir como la “Venecia” de Perú por sus calles con poco asfalto y mucha agua, y su conformación a partir de las viviendas flotantes. Está ubicado en Iquitos y es un tipo de asentamiento que responde al nexo que existe entre los bosques de tierra firma y el río, coexistiendo desde el inicio de la ciudad. El problema se generará, según las proyecciones realizadas, cuando en unos 20 o 40 años el río Amazonas se una con el río Itaya y los pilares donde están construidos los hogares no puedan soportar la velocidad y el volumen de la confluencia.
El Ministerio de Vivienda Construcción y Saneamiento ordenó en 2016 construir 16.000 casas cerca de Belén, pero en un terreno más seguro a 13 kilómetros. Actualmente solo 169 familias están viviendo en la Nueva Belén, en 40 metros cuadrados sin las comodidades necesarias: “no cuentan con agua y desagüe, al igual que las viviendas de más del 60% de la población de Loreto”.
El plan de reasentamiento poblacional consiste en que antes de que suceda un desastre, a modo de prevención, se decide reubicar a la población, y en este camino ingresó el proyecto CASA: compara las estructuras promovidas por el Estado con las recomendaciones, los modelos y lineamientos que la investigación que se obtenga.
Las Ciudades Auto-Sostenibles Amazónicas (CASA) juega un rol importante dentro de este gran trabajo que se lleva a cabo en Perú. Si bien, el trabajo no está ligado directa y únicamente con la construcción, este proyecto se encarga de “generar investigaciones académicas con soluciones prácticas, involucrando directamente a agentes cruciales en la transformación y desarrollo”. Y allí están, trabajando en la relación con los nuevos habitantes y realizando distintos tipos de talleres.
Es por ello que hablamos con el arquitecto que está dentro de CASA, Kleber Espinoza, quien además es profesor en la Pontificia Universidad Católica del Perú y explicó cómo se gestó el proyecto y los beneficios que le trajo a la población de –ahora- la Nueva Belén.
–¿Cómo nace el proyecto C.A.S.A?
Las Ciudades Auto-Sostenibles Amazónicas (CASA) es un proyecto de investigación y acción que nace a partir de la convocatoria “Ciudades Resilientes al Clima” de IRDC, CDKN y FFLA. Somos un equipo interdisciplinario que busca co-producir recomendaciones para mejorar los procesos de reasentamiento poblacional y desde sus especialidades se pregunta cómo debería ser el modelo o el proceso de construcción de una ciudad auto sostenible en la Amazonia.
–¿Cómo llegan a Belén? ¿Por qué?
El barrio emblemático de bajo Belén en Perú, es uno de los primeros casos de proyecto de reasentamiento poblacional preventivo en la Amazonia Peruana, está en plena construcción y es importante tenerla en cuenta como referente de un modelo de proceso de creación de nueva ciudad debido a que la demanda de poblaciones re ubicadas y nuevas ciudades tenderá a aumentar a causa del cambio climático.
-¿Qué hicieron ahí? ¿Qué proyectos llevaron a cabo?
Tuvimos que llegar a la población y a los actores claves del proceso de re-asentamiento, planteando varios tipos de talleres por ejes temáticos: social, arquitectónico, urbano y de energías renovables.
Con relación a los pobladores de nuevo Belén, el acercamiento fue por parte de los dirigentes; con los talleres conocimos a los pobladores para reconocer sus saberes y fortalecer sus capacidades. Con las dinámicas se trababa de sensibilizarlos sobre temas ambientales, residuos sólidos y energías renovables y también trabajar con ellos para el fortalecimiento de medios de vida sostenibles.
“No podemos seguir pensando en desarrollar
ciudades si no desarrollamos
las capacidades de la gente y sus prioridades”
Con las instituciones públicas se compartieron a lo largo del proceso las recomendaciones que venimos elaborando, buscando así fortalecer sus capacidades de gestión y planificación. Se buscó que estas recomendaciones fueran validadas no solo por la academia, sino también por los actores gubernamentales. Como resultado de este proceso colaborativo se publicará una guía de planificación y diseño urbano para la selva baja, buscando que esta sea la primera de muchas guías de este tipo que se necesitan en el Perú hacia la producción de ciudades adaptadas a la diversidad cultural y ambiental de nuestro país.
–¿Qué soluciones dieron a los ciudadanos?
Hemos trabajado de manera conjunta en varios ejes: arquitectura, medios de vida y espacio público y acceso a agua. Los re-ubicados habían dejado la zona baja de Belén donde tenían una casa – en muchos casos flotantes ligadas al río y a su dinámica comercial – que les generaba recursos para subsistir. Ahora, re ubicados y alejados de la ciudad, partimos de la base que una de las necesidades más urgentes de resolver: crear una red de medios de vida que les ofrezca alternativas de desarrollo económico-productivo. Es así que nace la intervención de una eco-cocina comunal.
Además, se trabajó con la población en el análisis del módulo de vivienda que se les había entregado a todos por igual. El taller participativo evidenciaba que la población sentía altos niveles de calor al interior de los módulos y tenía una urgente necesidad de ampliar su casa pues el módulo de 40 metros cuadrados resultaba muy pequeño para las familias extensas. Es por estos motivos que se diseñó y otrogó una cartilla para mejorar el confort de sus casas en base a nuevos elementos y a propuestas de ampliación.
¿Cómo definirías esa eco-cocina?
Esta cocina comunitaria fue elegida como “la semilla” de una red que fue diseñada con la población y con estudiantes de múltiples disciplinas de la PUCP. La cocina fue construida en el espacio público típico de los asentamientos Amazónicos conocida como “la maloca”, donde se trataba de reforzar, de manera eficiente, la cocción de alimentos del comedor popular “Las Abejitas” y las actividades comunitarias ligadas a este espacio.
-¿Cuáles son los resultados que tuvieron?
La propuesta de CASA, al ser un proyecto cuyo objetivo principal es generar evidencia científica y conocimiento en común, exploró – mediante la construcción de prototipos- un proceso de retroalimentacion de saberes entre investigadores y la población, buscando así generar tecnologías apropiadas pertinentes a su realidad y necesidades. El grado de apropiación de estas tecnologías nos sirve como insumo y evidencia para generar cambios en políticas públicas hacia la generación de ciudades resilientes al clima.
Seguiremos proponiendo una investigación
que tenga como eje central la construcción
de prototipos que busquen generar
medios de vida sostenibles.
-¿Qué relación tienen con los vecinos?
Luego de la investigación logramos tener un acercamiento mayor con los dirigentes y algunos vecinos debido a los talleres que se realizaron durante los 18 meses que duró el proyecto.
–¿Hay alguna historia personal que represente esa relación que consiguieron?
El acercamiento a Marco, dirigente de Nuevo Belén, quien nos mostró el modo de habitar la Amazonia, promoviendo una convivencia entre el ser humano y su entorno natural. Por ello, entendimos cómo la aparición de prácticas y saberes particulares iban acorde a la adaptación de su territorio. Marco siguió todo el proceso de construcción de la eco-cocina y continuó arreglándola y promoviendo propuestas de innovación. Por ejemplo, sembró un biohuerto de plantas medicinales alrededor del muro de agua de lluvia, el cual está planteando replicar en su vivienda, pero como una baranda.
–¿C.A.S.A tenderá a trabajar en otras ciudades del Amazonas?
CASA continúa trabajando en Iquitos, esta vez en zonas periurbanas de rápido crecimiento de forma informal en donde los desafíos de abastecimiento de agua y desagüe se repiten y en donde también urge generar diseños urbanos que promuevan medios de vida sostenibles. Ahora nos encontramos trabajando en Santo Tomás, un área donde viven muchos descendientes de los Kukama-Kukamiria y nos encontramos explorando modos en cómo poner en valor los saberes y valores ancestrales de esa cultura a través de diseños urbanos pertinentes y acordes a su cosmovisión.
–¿Cuáles serían los próximos objetivos?
Los potenciales de la región como la Amazonia se ven apañados por la escasez de las necesidades básicas, no podemos seguir pensando en desarrollar ciudades si no desarrollamos las capacidades de la gente y sus prioridades. Vemos también la necesidad de generar diversos modelos de ciudad que se adapten a la diversidad cultural, geográfica y climática de nuestro país. No podemos seguir utilizando un único modelo urbano y arquitectónico que resulta en ciudades y edificaciones que no se adaptan a su entorno.
“Hay que enfrentar el desafío
como humanidad ante
el cambio climático”
-¿Qué significa para vos haber sido finalista de Building 4Humanity Design Competition?
Buscamos la difusión del proyecto para poder generar conciencia que la arquitectura y el diseño urbano tienen que estar pensados desde la persona y adaptados a su entorno. Este concurso permite ver que existe un nuevo interés desde la arquitectura, que tiene como origen una mayor sensibilidad a más variables (social, energética, etc) que resolver. Es un honor y una gran oportunidad poder conocer experiencias alrededor del mundo con intereses similares y esperamos poder generar oportunidades de intercambio de conocimiento con ellos. Por último, como mensaje de la propuesta enviada por CASA, es importante reconocer que los “riesgos” a los que debe enfrentarse el diseño no son solo los hidrometeoro-lógicos o sísmicos. También están los riesgos originados por el hombre como el diseño urbano y arquitectónico deficiente en un gran número de proyectos de re-asentamiento de la población. Debemos despertar y difundir el compromiso desde la arquitectura y carreras afines en mejorar estos procesos y diseños para la formación de ciudades dignas y sostenibles para los futuros refugiados climáticos.
-¿Están necesitando una ayuda o un apoyo en algo?
Definitivamente. CASA siempre está trabajando en el diseño arquitectónico y urbano pertinente a la realidad. Para eso promovemos el carácter multidisciplinario de la labor que hacemos por lo que siempre estamos en la búsqueda de voluntarios a los que les interese el tema y crean que pueden aportar desde su profesión. También resulta muy importante la difusión del trabajo que realizamos y así generar interés e insertar estos temas en el debate público y las políticas y normas de los gobiernos. Seguiremos proponiendo una investigación que tenga como eje central la construcción de prototipos que busquen generar medios de vida sostenibles, para eso se requieren recursos, tiempo, compromiso político y también de las empresas privadas. Enfrentar los desafíos que tenemos adelante como humanidad ante los efectos del cambio climático es una tarea compartida. Uno de los grandes desafíos a los que se enfrenta CASA es cómo promover que las innovaciones que viene desarrollando el proyecto puedan llegar a un mayor número de poblaciones.
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