Como bien es sabido las certificaciones LEED y WELL, nos permiten una gran mejora de la calidad de los espacios en los que invertimos la mayor parte de nuestra vida diaria. Pero cabe destacar que son certificaciones que se basan en aspectos muy diferentes. Por un lado la certificación LEED pretende un ahorro de energías que deriven a la mejoría de calidad de un inmueble, y por otro lado la certificación WELL pretende incorporar mejoras en lugares interiores para un mayor bienestar de los usuarios de los edificios.
El objetivo fundamental de la certificación WELL, es generar un bienestar generalizado de los ocupantes de un edificio. Para hacer eso posible tienen en cuenta siete parámetros: aire, iluminación, agua, alimentación, mente, fitness y confort. Incrementando el bienestar de las personas en su puesto de trabajo por ejemplo, supone un alto incremento en la productividad.
Por otro lado, la certificación LEED está basada en estrategias que buscan la sostenibilidad de los edificios. Esto se lleva a cabo a través de aspectos relacionados con la eficiencia energética, la eficiencia en el consumo de agua o el uso de energías alternativas, entre otros aspectos.
Por lo tanto, las diferencias entre las certificaciones LEED y WELL, son muy claras. Como hemos podido analizar pues, la certificación WELL se centra en el bienestar y el LEED lo hace en la sostenibilidad. Aun y así, podemos observar que tienen criterios muy similares.
Las certificaciones LEED y WELL, permiten en ambos casos obtener grados de certificación, entre los que hayamos; plata, oro y platino. Además, empresas que ya tengan la certificación LEED, tendrían ya un paso más hacia el WELL, e introduciendo algunos aspectos de bienestar podrían llegar a obtener el WELL.
Son sabidos los grandes beneficios de las certificaciones LEED y WELL, y como podrían llegar a revolucionar el mundo de la sostenibilidad y el bienestar en los edificios y espacios, y es por eso que cada vez más empresas opten por obtener este tipo de certificaciones, porque de esta manera se reducen muy considerablemente los costes de los edificios de oficinas.