La nueva biompresora 3D incorpora una nueva forma de experimentar, probar y crear las estructuras celulares, respondiendo a los desafíos médicos, y generando un gran avance para la tecnología.
Avelli 3 tiene un sistema de calibración automática que ofrece un volumen de impresión de 90 x 130 x 60 mm y una resolución de 150 micras. Tiene 3 extrusores, pesa 9,9 kilos y plantea ser una solución trascendental para el área médica porque puede crear tejidos blandos, tejidos duros, cartílagos, huesos, sistemas vasculares y tejidos conductivos, a partir de la gama de biotintas.
El fabricante de la Avelli 3 planteó: “Con la forma en que está constituida esta máquina se puede imprimir múltiples celdas de forma fácil y rápida, pero también admite todas las geometrías complejos o combina termoplásticos con tejidos blandos vascularizados”.
La bioimpresora 3D podría utilizarse para crear estructuras celulares y ver cómo reacciona el cuerpo humano con distintos tipos de fármacos, siendo un elemento de prueba que no daña ni pondría en riesgo a ninguna persona.
Esta tecnología es el resultado de una apuesta a la bioimpresión que permite la creación de estructuras y que espera ser la solución a la insuficiencia de donante de órganos y que proponga el fin a la prueba de medicamentos en animales o personas.
La compañía estadounidense Avelli, quien creó la bioimpresora 3D, afirmó que están convencidos de que es el futuro de esta tecnología y están trabajando ese potencial de cara a los próximos años seguir avanzando en esta rama de la ciencia.
Actualmente, esta empresa está trabajando con la NASA en proyectos que van más allá del mundo en el que habitamos, desarrollado a partir de bioimpresoras que funcionan en ingravidez, en donde aún se están haciendo pruebas, pero están arrojando los primeros resultados favorables.
A pesar de que se sigue haciendo pruebas, la Avelli 3 ya dio sus primeros resultados positivos y se espera que se siga avanzando.
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Foto de Louis Reed en Unsplash.